Ya
estamos otra vez, sigue la estafa por parte de los mamarrachos que nos
gobiernan, no me refiero a esos “señores” a los cuales votamos, no, esos son unos
peleles sin personalidad, esos han sido puestos ahí por y para favorecer a los
otros, a los nuevos señores feudales, los que están por detrás de las grandes
corporaciones, banqueros, brokers, accionistas de fondos buitre, eléctricas,
empresas de telecomunicación, etc.
Hemos
de reconocer que estos son más inteligentes que los de antaño, estos no se
mojan, no se prodigan ante la plebe, al contrario, están ocultos en grandes
despachos bien climatizados, incluso a miles de kilómetros de distancia,
tomando el sol en alguna paradisiaca playa en el más absoluto anonimato.
Han
delegado cual príncipe Juan, el cobro de los impuestos a estos mamarrachos, a
los cuales han puesto ahí, o en su defecto permitido que accedan al puesto de
mandatarios bajo la premisa de hacer el papel de sheriff de Nottinghan.
Lo
sucedido con la subasta de la electricidad, es algo que no tiene parangón en
los anales del trilerismo patrio, a resultas de una reunión de unos cuantos
cuatreros, resulta, valga la redundancia, que nos van a subir la luz en el
próximo enero nada menos que un once por ciento, me imagino que ese es el regalo
de reyes que esos nobles señores tenían preparado para obsequiar a los
ciudadanos de este país, no puedo entender que un sector estratégico como es el
de la energía, no sea de titularidad pública, o cuando menos el gobierno no lo
tenga controlado, -aunque a lo mejor sí que lo tiene-
Estamos
asistiendo atónitos como en este país de bandidos, el sheriff es cómplice de
los malos, me pregunto: ¿Qué hemos hecho Señor, para merecer esta plaga de
termitas que nos corroe hasta los huesos? ¿Acaso es esto el infierno y estamos
pagando por los pecados cometidos en anterior vida? ¿O es el peaje para poder
acceder al reino de los cielos?
Que
Dios me perdone si esto es una blasfemia, pero es que ya no tengo palabras para
expresar mi disconformidad y descontento, la podredumbre se extiende por los
cuatro costados de la nación, la incompetencia campa a sus anchas en las
instituciones públicas, los lacayos se venden por cuatro euros, para más
jodienda ayer me entero que a los
funcionarios, al parecer solamente se les va a pagar el sesenta por ciento de
la paga de navidad… ¡ah! y para el año que viene se comenta que se quedan sin
la de julio, me imagino que eso será para ayudar a pagar el aval del aeropuerto
de Murcia, por cierto, otro más que habrá que dedicar a hacer algún tipo de
mamarrachada, puesto que aviones, lo que se dice aviones, como no sean de papel
de momento no se les ve las trazas.
Por
otro lado se escucha en las noticias regionales, que el Ave ahora llegará a
Murcia en superficie, vamos, que no hay parné para soterrar las vías, o lo que
es lo mismo, el señor Valcárcel que por el tiempo que lleva en el sillón ya
tendrá el culo plano, se va, y le importa un carajo los compromisos adquiridos
con la sociedad murciana, esto es una muestra del valor de la palabra de
nuestros representantes.
Como
si fuera poco, en este país sin gobierno
donde al que le dan un cargo, o le ponen un uniforme hace lo que le sale de los
fingurcios, ayer, con las primeras gotas de agua, esto es, cuando la carretera
estaba más peligrosa, y además con bastante tráfico, un Seat Exeo color plata
“nuevecico del to” se me aproxima por detrás, a esa velocidad que cuando lo
vemos por el retrovisor es poco menos que un aviso de quítate que estorbas,
casi, casi acosando, -no le di tiempo- me pega una pasada a una velocidad
inapropiada para el estado de la vía y la densidad de coches que en aquél
momento circulaban por ella, amén de sobrepasar el límite marcado por la DGT
por lo menos en treinta o cuarenta kilómetros, no sería nada fuera de lo
normal, si no fuese por las pésimas condiciones de la carretera en ese momento,
yo también hago esas cosas, pero en condiciones de tráfico normal y carretera
seca, y todo eso para trescientos metros más adelante, hacerse el espabilado y
colarse en un reducido espacio para acceder a la salida de Mula, Caravaca, -eso
no lo hago.- Como ya he dicho antes no tendría la menor importancia, siempre
que las condiciones de la vía lo permitiesen, y no se tratase de un coche que
lleva radar incorporado, de esos que se
esconden detrás de los pilares bajo los puentes para freírnos a multas tan
pronto te pasas en cinco kilómetros de la velocidad marcada, vivir para ver,
como decía hace ya tiempo Alfredo Amestoy.
Trililandia,
esto es en lo que se ha convertido nuestro país, me pregunto, ¿Cómo pueden
nuestros representantes quejarse, cuando los otros delincuentes, -a los no
oficiales me refiero,- queman contenedores y rompen cristales?
No
estoy a favor del vandalismo, ni de la violencia, tampoco de la inacción, que
es la práctica de nuestros representantes, ponerse de perfil cuando los
innombrables, los nuevos señores feudales nos agreden, apoyándose en normas y
leyes al dictado elaboradas con alevosía por los peleles que se turnan en el
palacio de la Moncloa.
Quizás
la cuestión sea que en realidad su vocación, -la de los peleles- este orientada
únicamente a su propio beneficio. Estamos vendidos, y la cosa no viene de ayer,
no señores, la cosa ya tiene por lo menos siete lustros.