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sábado, 19 de enero de 2013

Bananalandia


Durante unos pocos años se fue haciendo una labor de zapa a la vez que se le comía el cerebro a la población, de esta manera se fueron creando dos bandos. Tal fue la comedura de coco que en Bananalandia los hermanos convertidos en zombis estaban dispuestos a destrozarse unos a otros en beneficio de sus amos los vampiros. Al final ocurrió lo inevitable y en nuestra querida Españ… esto… ¡Bananalandia, coño! sobrevino la antes mentada guerra. Fueron años de lucha, murieron muchos zombis y cómo no también unos cuantos vampiros. (Lástima que no hubieran sido todos.) La poca población que quedo trató de recomponer su vida en la creencia de que todo había pasado, y de que los vampiros se habían extinguido en los campos de batalla.
¡Ja! Ahora lo sabemos,  pero entonces no era así, los vampiros son muy difíciles de matar y Mas... Digo, más de uno sobrevivió con su pareja, en el anonimato, poco a poco se volvieron a reproducir durante cuarenta largos años. Con paciencia esperaron a que el vencedor erigido en caudillo poco a poco se fuese secando cual mojama tendida al viento, al mismo tiempo que ellos recuperaban sus energías. De los que vivieron en aquellos años algunos hablan de dictadura y otros de dicta blanda… Huummm, yo no sé qué decir. Por aquel entonces yo no estaba aquí, lo cierto es que se produjo un  periodo de calma y la gente volvió a la normalidad, he de decir que hablo de oídas y del país que encontré cuando volví a mi añorada patria a mis veinte años.
Cuando llegué a Bananalandia, (Ya veis, poco a poco uno se acostumbra) este era un país en el cual la gente tenía ilusión por comenzar un nuevo futuro, elegir nuevos representantes, dejar atrás un etapa negra de la historia. Quizás fue esa gran ilusión la que nos nubló la mente, no tuvimos la capacidad para percibir que los postulantes a representarnos eran los herederos de aquellos vampiros que otrora habían llevado la desgracia a millones de hogares.
Continuara...

¿Hay alguien ahí?

  A pesar del estruendo, del ruido de escombros cayendo, de lo absurdo de la demolición, del volado, y la violación de las normas, a pes...