viernes, 24 de junio de 2016

¿Qué será?


Desde allen de los mares, os saluda los buenos días el Tío de la vara… En realidad no sé muy bien si son buenos o malos, aquí en la ciudad maravillosa dónde me hallo, van a ser las diez de la mañana,  el astro rey al parecer va venciendo la capa de nubes  asomándose lentamente, algo que me tenía preocupado a tenor de las noticias llegadas desde la vieja Europa.
Luego recordé, que  he vivido mi juventud aquí, en esta ciudad, en este país, y que hasta mis trece años, -hace cuarenta y siete,- el Sol siempre había salido por el Este… Vamos; exactamente como siempre, y sin que United de Kingdom formase parte de la entonces inexistente Unión Europea.
Bueno, ironías aparte, como he dicho antes, no sé si son buenos o malos días, el tiempo lo dirá, lo que es seguro, es que el Sol seguirá saliendo por levante para ponerse por el viejo oeste, algo que al parecer no han tenido en cuenta los mercados.
Los inversores están temblando, el dólar repunta, la libra está por los suelos, y los gibraltareños cagados… por si les cerramos la verja.
Tanto nerviosismo por parte de “empresarios” y desesperación de amamandurriados, casi me da esperanza de que el Brexit sea bueno para los ciudadanos, se llora desde Bruselas el adiós de los británicos, tal cual lloró Almanzor la pérdida de Granada, sin madre que les reproche el haber gobernado a espaldas de los ciudadanos.
Molestos están en Bruselas con el ya ex primer ministro británico en funciones, hacen palmas con las orejas los nacionalistas gallegos, vascos, catalanes y algún idiota murciano, como si tuviese algo que ver la salida de un país de la unión, con deshacer un país con referéndums de secesión…
…Ya veréis como no me equivoco. Tratarán de arrimar el ascua a su sardina, por supuesto, sin tomar nota, ni aprender la lección…
Mientras tanto a los jubilados británicos, les tiemblan los badajos de abajo, desde la Costa Brava, Benidorm, la cálida Murcia, hasta la Línea de la Concepción… Se preguntarán si después de tantos años de trabajo tendrán que renunciar al Sol, volver a la niebla de London, a la campiña inglesa o si cabrán en el Peñón… Difícil elección, volver al fish and chips, renunciar a la paella, la sangría y el jamón.
¿Y los españoles? Reyes de la improvisación ya nos apañaremos, palos ya nos han dado unos cuantos, el lomo ya lo tenemos “curado,” nos han atizado los súbditos de su majestad la “Qüeena,” desde nuestra capital Bruselas, desde el Madrid castizo nuestros representantes, hasta los llanitos desde nuestro Peñón, incluido hasta el último concejal de esta vieja piel de toro.
Si se va todo a la porra, si se desmiembra Europa, habrá que volver a la peseta, olvidarse del Per en Andalucía… …Quizás volver a la chaqueta de pana, publicitar el cambio del cambio. O… quien sabe, resucitar a Franco.


¿Hay alguien ahí?

  A pesar del estruendo, del ruido de escombros cayendo, de lo absurdo de la demolición, del volado, y la violación de las normas, a pes...