A la luz del día… No en callejones ni esquinas, si no en buenos
despachos, o sentados en mesas de buenos restaurantes, para acompañar, caros vinos
y opíparas viandas, que no es cuestión de conspirar con el estómago vacío
pegada la barriga a la espalda.
Pagamos los de siempre, mientras vemos con horror, como se
va incrementando la factura, y al presidente felón, lo único que le importa es
mantener el sillón.
Lo que en otro tiempo y para otros era obligación, lo que él
dijo como promesa haría, si algún día pudiese estar al mando, regenerar la vida
política y devolver el honor a la nación…
Promesas huecas, tan solo consignas vacías para acceder al sillón.
¿Gobernar? ¿Qué es eso? ¿Para qué sirve? Si ya maese Zp hundió el país en su
momento y todavía hay quién lo celebre. ¿Quién dijo honor?
Lo importante, lo esencial es mantener el culo pegado al
sillón, bien sea haciendo ventosa, con pegamento u metiéndose un palo por el
culo, que no es cuestión de andarse con remilgos a la hora de mantenerse en el
poder, la pomada para las hemorroides ya la pagarán bien pagada los ciudadanos.
Así andamos, con un felón como presidente que le importa un "güevo,"
no ya la economía, ni el paro, o cualquiera cuestión que podría preocupar a un
dirigente con dedo y medio de frente. No, este carajote le da igual todo, desmembrar
la nación si es menester con tal de que él permanezca en la Moncloa, eso es lo
primordial.
Como distracción, y muestra de su buen hacer, -para los
suyos,- prioridad absoluta; sacar los huesos de Franco… Que visto lo visto,
vamos tener que rogar al Señor lo resucite antes del juicio final, que lo mande
con varios rollos de soga, y que como penitencia le imponga volver a atar.
Ahora toca el poder judicial, que si ya estaban denostados a
nivel popular, con las peleas y repartos de sillones, con los cambios de
juzgados y atribuciones, tú pa' aquí, tú pa' allá, no nos vayan a molestar y
ejercer su "imparcialidad," que ahora toca conspirar, sin importar
criticas o lo que piense el contribuyente, que pa' eso está; para contribuir, oír,
ver y callar…
Ojiplaticos estamos los ciudadanos, anonadados, sin acción y
sin margen de maniobra, atados por el respeto a las leyes que ellos, los
conspiradores, retuercen e interpretan en beneficio propio, cuando de verdad lo
que tendríamos que hacer es: Manifestarnos ante el parlamento o la misma
Moncloa, con picos, palas y estacas de pino, no dejar piedra sobre piedra y
quemar de una vez el maldito sillón.
Y así cada uno a su casita, a cavar al monte, que ya está
bien de amamandurriados, de mesías, de conciertos de rock y pasear en avión.
Que penitencia Señor, dadnos paciencia y líbranos de este mal, ni que fuésemos hijos de Sísifo y sobrinos de Prometeo, solo valemos pa' empujar la piedra y que nos quiten los higadillos...
Estamos hartos de que siempre nos venga a salvar un felón.
By. Luis Ángel Jul López