martes, 14 de marzo de 2017

Con la ley en la mano te robo hermano... primo.


Varapalo del Tribunal Constitucional a nuestros más allegados representantes,  los que van por los mercados babeando niños, y si pueden a mamás en época de elecciones municipales, los que prometen arreglar fachadas, poner aceras, hasta el internet si va algo lento, luego una vez elegidos, si te he visto no me acuerdo.

Varapalo en forma de sentencia, anulando la incoherencia, de una ley absurda, que desafía toda lógica, y demuestra la estupidez, o peor, la mala baba, el trilerismo, o la capacidad de unos estafadores que dicen representarnos, para crear normas con afán recaudatorio, con razón o sin razón, siempre con vistas a esquilmar el bolsillo del ciudadano.

Nos tratan de gilipollas, crean impuestos, normas absurdas, nos tratan con paternalismo y no poca condescendencia, somos los corderos a pastorear, no vaya a venir el lobo feroz, mientras tanto nos quitan la lana, y si a uno le parece injusto y se queja, para eso está la ley, y con la ley en la mano te robo hermano... O quizás más bien primo.

A la derogación del impuesto de plusvalía, me refiero, o a una de sus partes tal y como está redactada la nefasta ley.

Como bien su nombre indica, plusvalía, se subentiende que se trata de un impuesto a cobrar sobre un beneficio o plusvalía sobrevenida por la venta o transmisión de un inmueble, hasta ahí nada del otro jueves, la cuestión es cuando no existe dicha plusvalía.

La dichosa ley, hasta ahora, escudada en una valoración ad hoc del catastro, -otro caballo de Troya que habría que eliminar,- le permitía al ayuntamiento de turno establecer una valoración, que en ningún caso salía negativa, así se hubiesen producido pérdidas, o, al contribuyente, -léase primo,- le hubiesen despojado de su propiedad, mediante embargo, u, venta a pérdidas, no importaba, según la ley siempre se generarían plusvalías, y por ende un impuesto a liquidar.   

Dice el Tribunal Constitucional, y lo deja meridianamente claro, que es inconstitucional cobrar un impuesto cuando no se han obtenido beneficios, algo que al parecer no entra, -había puesto entraba, pero he hablado con el ayuntamiento de Murcia y siguen erre que erre,- en la cabeza de unos señores,  que se han postulado para regir una comunidad, administrar los caudales de los vecinos, y velar por el buen hacer de los ayuntamientos.

Estos señores, creadores de impuestos, leyes, normas, tasas, y vericuetos legales para sablear al ciudadano, son incapaces de entender la sentencia del Tribunal Constitucional, y, al parecer según ellos, Guipúzcoa no pertenece España, o eso al menos es lo que se desprende de mi conversación con la funcionaria de turno, puesto que según sus superiores, la sentencia dictada por el Constitucional no es válida para el resto del territorio nacional, con lo cual, para que el Excelentísimo Ayuntamiento de Murcia se someta al imperio de la ley, habría que demandarlo ante el constitucional, y ganar el juicio, tan solo así los mamelucos que nos gobiernan estarían dispuestos a reconocer la sentencia como válida.

Me parece impresentable, que unos chorizos, desvergonzados, que no tienen ni puta idea de gestionar, no un ayuntamiento, sino una simple comunidad de vecinos, que han endeudado las corporaciones municipales para mantener sus amigotes y chiringuitos varios se arroguen el derecho de obviar las sentencias del constitucional, pasando por el forro de los cojones los derechos del contribuyente.

Señores míos, aprendan a gestionar los dineros de los vecinos, los ciudadanos, no les pagamos para crear nuevas tasas, sino para administrar el dinero de nuestros impuestos sin despilfarrar un solo céntimo, si no son ustedes capaces váyanse a sus casas. 

¿Hay alguien ahí?

  A pesar del estruendo, del ruido de escombros cayendo, de lo absurdo de la demolición, del volado, y la violación de las normas, a pes...