martes, 22 de octubre de 2013

Felonías a la carta.


Asco, retortijones, y arcadas, esto es lo que producen las últimas resoluciones judiciales que se han dictado en estos días.

La primera aquí mismo, en nuestra querida y ajada piel de toro. Me refiero claro está al famoso caso faisán, resolución que viene a confirmar lo dicho por mí mismo en el anterior escrito. En este caso se dan tres premisas por mí nombradas, a saber: tenemos cabezas de turco, jueces comprados y fiscales pagados, la resolución no podría ser otra, justicia manipulada y sentencia política.

Sentencia que por otra parte no es tal, ya que cumple con la hoja de ruta marcada por el inefable ZP, premia a los cabezas de turco, sabe Dios con que prebendas, y no enviándolos a prisión, puesto que una condena de un año y medio no implica cárcel, cumple con los terroristas, al fin y al cabo para eso se dio el chivatazo, y finalmente deja impoluto a Maquiavelo, como no, para eso están los cabezas de turco.

La segunda viene de fuera de nuestras fronteras, y también contiene elementos de mi anterior escrito, el principal es un tal Luis López Guerra, -el diablo lo confunda- juez nombrado a dedo, que en este caso paga bien el favor al autista que lo ha nombrado, por si alguien no lo entiende, otra vez el inefable ZP.

Se cumple así la hoja de ruta marcada por el innombrable, el humillador de las víctimas de ETA, el que nunca debiera haber sido parido. Aún que justo es reconocerlo, no toda la culpa ha sido suya. No, tal cual ha sucedido en la Alemania nazi, la guerra y el holocausto, han sido posibles porque el enano del bigote ridículo ha tenido apoyos políticos.

Aquí ha pasado lo mismo, puedo entender que alguien vote una opción política por ideología, incluso puedo entender que se le vuelva a votar por miopía, lo que no puedo entender, es que los que están a su alrededor, apoyen sus desvaríos, e incluso después de casi dos años, sigan justificando sus felonías.

Estamos podridos… políticamente hablando, el innombrable, el felón en sus delirios de grandeza, el que ha querido pasar a la historia como el pacificador, pasando valga la redundancia por encima del honor y del sufrimiento de las víctimas del terror, permitiendo incluso el intento de desmembramiento de un país con siglos de historia, todo esto por el poder, por calarse la corona de laureles cual Nerón de siglo XXI y si todo eso fuera poco, dejando deudas pendientes para siete generaciones.

A mí todo lo que está sucediendo me produce arcadas, el saber que todo  está amañado, el saber que no se puede hacer nada sin caer en la “ilegalidad,” saber que existe una telaraña oculta, diseñada para proteger a los impresentables que dicen representarnos, sean del color que sean… la impotencia, el desánimo, la rabia…

Que hartura Señor, aguantar a felones, y encima de todo tener que mantenerlos, estamos dormidos o narcotizados, no puedo entender que aún no le hayamos sacado la piel a tiras a más de uno de esos, que dicen que nos representan.

No habré sido políticamente correcto, ni quiero serlo, pero, por lo menos me he desahogado.

¿Hay alguien ahí?

  A pesar del estruendo, del ruido de escombros cayendo, de lo absurdo de la demolición, del volado, y la violación de las normas, a pes...