Que aún cree, en la justicia.
Mi nombre es Luis Ángel Jul
López, Comienzo este relato, con la intención de denunciar las felonías de las
cuales hemos sido víctimas, nosotros, a la vez que otros cientos de miles de
españoles, y si nos vamos allen de nuestras fronteras, los estafados se han de
contar a cientos…, de millones.
Los ladrones, muñidores de
tamaña estafa, a mi entender son los mismos, tanto da sean los estafados de aquí,
o de país ajeno, los únicos que cambian, son los encargados de dar viso de
legalidad a tal despropósito, y, de llevar a término la estafa más grande que se haya producido en la
historia de la humanidad.
Una vez llegado a este punto,
tan solo `podemos llegar a una conclusión. No existe diferencia de criterio, ni
independencia entre los tres poderes, ni democracia, por lo tanto al ser harina
del mismo costal, deben de ir todos en la misma saca, sean estos nuestros
representantes los legisladores, los jueces, y los ejecutantes.
Los primeros por hacer leyes ad
hoc, con el fin de dar visos de legalidad a la gran estafa. Los “jueces,” por interpretar las leyes siempre a
favor de los creadores del nuevo orden mundial, dando de esta manera la
bienvenida con sus togas embarradas a la nueva generación de esclavos 2.0, y
los ejecutantes, por ordenar a las fuerzas públicas aplicar sus porras con
ahínco sobre los osados que han intentado conservar sus bienes, u oponerse a la
nueva era de esclavitud.
Desde aquí compañeros de fatiga,
les invito a salir de la
contemporaneidad, sean ustedes bienvenidos a la nueva era, la era de la
esclavitud 2.0, una era nueva, libre de herrumbrosas cadenas, y de sudorosos
verdugos con látigos de cuero, aquí y ahora nos doblegan, nos obligan a penitencia
perpetua mediante leyes elaboradas exprofeso para favorecer a los nuevos
esclavistas, estamos por lo tanto obligados a acatar trilerismos, trampas, cartas
marcadas, normas amañadas, y hasta pulpo como animal de compañía si esto fuese
menester, todo esto con rango de ley, so pena de fuerte multa, que al fin y al
cabo es lo que se persigue, llenar las arcas, y a la misma vez beneficiar al
tramposo.
Todo ha cambiado, ya nada es
como nos lo han contado, las cadenas no son de hierro, el dolor ha pasado de físico
a psíquico, acabose el escarnio del esclavo atado a un palo, las cadenas, el látigo en el patio de la hacienda, ese
tipo de esclavitud ya no les es rentable, al fin y al cabo, al esclavo en sus
días había que proveerlo con casa y sustento, amén de curarle la heridas, bajo el nuevo método eso ya no es necesario,
nos esclavizan, traicionándonos alevosamente unos “señores” a los cuales hemos votado y
facultado para tal menester, todo muy
democrático, y fruto de nuestra propia elección... ¿Diabólico no creen ustedes?
Al parecer no somos conscientes
de que todo esto que llevamos años padeciendo, obedece a un plano pre
establecido por unos “señores” de los cuales no sabemos, nombre ni paradero,
puesto que se esconden detrás de sociedades pantalla, corporaciones, reservas
federales, o fondos buitre, y, a los cuales al parecer, obedecen a pies
juntillas sus lacayos, que son aquellos señores ya antes mentados, a los cuales hemos otorgado nuestra confianza,
pero que en realidad son los representantes, y los encargados de aplicar las leyes esclavistas de
esta nueva era.
Justicia pide mi mujer, me
sugiere ponga en conocimiento del ejecutivo, el escarnio al cual estamos siendo
sometidos, como si lo ignorasen, no sabe
ella, o quizás no quiera saber, que en realidad, los que deberían
representarnos son tan culpables, o más que los muñidores de la trama, si no fuese por lo trágico de la situación, incluso
podría ser motivo de risa, insiste en
apelar a “nuestros” representantes, y me dice: -Hay que hacer algo, una carta,
una llamada, un email… Algo, Rajoy, Soraya, el gobierno, tienes que darles a
conocer nuestra situación…-
De modo que en un intento de
complacerla, me he puesto manos a la obra, y aquí va una carta abierta, por si
alguien tuviera la osadía de publicarla.
No es una carta para inspirar
lástima a nadie, esto es una denuncia pública de algo sabido, pero callado por todos,
unos por interés, (los que nos han estafado, y los que lo han permitido). otros por vergüenza, por asunción de culpas
ajenas, por sentimientos inculcados desde las más altas esferas del poder, por
asumir el discurso oficial, que poco a poco se va demostrando haber sido una
falacia, una engañifa para que los ciudadanos asumiésemos el costo de una
estafa programada. Aun así, nuestros representantes, tanto los de aquí como los
de Europa, siguen insistiendo, en que
los que nada hemos tenido que ver en el desaguisado paguemos los platos rotos, que
nos autoflagelemos, que sigamos pagando sus errores, sus comisiones, sillones, jubilaciones
millonarias, y por supuesto, que engordemos las cuentas de esos vampiros a los
cuales no sabemos, si son de este mundo, o alienígenas venidos de otro planeta
con el único propósito de esclavizar al noventa y mucho por ciento de la
humanidad.
En nuestro caso en concreto, lo digo sin pudor, nos han robado (30)
treinta años de nuestras vidas, la paz y tranquilidad, las noches de sueño,
parte de la salud, pero al parecer todo esto no es suficiente para los
sirvientes del conde Drácula, también
quieren nuestro futuro, y el de nuestros hijos. Otros, unos cuantos miles han
pagado con la vida, -hechos que al parecer no conviene airear-, algo que en
nuestro caso no han logrado, gracias a nuestra fortaleza mental.
Si de algo ha de servir esta
carta, espero sea para despertar la conciencia de nuestros representantes, -si
la tienen,- también la del resto de la
ciudadanía, principalmente la de aquellos que han participado sin saberlo, de
esta partida de juego del monopoly, y a los cuales también se les ha hurtado su pasado,
presente, y futuro.
Espero, que si esta llega a
alguno de los que dicen representarnos, haga honor a la confianza depositada en
él, y tome las medidas oportunas para revertir esta situación que ha convertido
a parte de la población en meros zombis puesto que la estafa no ha sido bien
calculada, hecho que ha traído consigo, la imposibilidad de recuperación de los
afectados, aún a costa de someterse a la esclavitud por el resto de sus días.
Nada pido que no sea de justicia, no pido la
revolución, ni que nada quiten a nadie, pido que las leyes sean justas, que
cada palo aguante su vela, que si a uno le quitan lo suyo, no le queden aun
deudas, que si la crisis fue financiera, no paguemos a escote a los banqueros
su deuda so pena de hipotecar el país durante siete generaciones.
Pido que los ayuntamientos no
quieran cobrar plusvalías de pérdidas, que
las eléctricas cobrando la luz más cara que la media de Europa, digan que
incurren en pérdidas, que las telecos cobren por 50 megas, te prometan 30, y te
sirvan 10, que un joven que robe una gallina para cenar no salga de la cárcel
hasta los sesenta, mientras banqueros que han arruinado al país, la pena sea de dos
para que no vean la trena, que el banco que te expropió, violando leyes de
obligado cumplimiento para todos los demás, se le permita ceder tus datos a
terceros, y, según su tasación, vender a un fondo buitre para hacer cash lo que dice te
queda de deuda, impidiéndonos volver a empezar, hurtándonos de esa manera el futuro.