lunes, 13 de mayo de 2013

Tres muñecos, pincho, pancho y poncho.


Hoy toca reflexión.
Quejarnos de la crisis, y de los que la han provocado.
Es algo que sin querer, pusimos todos de moda.
En general echamos pestes, rayos, sapos y culebras.
Que si el que se marcho era malo.
El que está es que no se entera.
Uno autista inmovilista, un muñeco de guiñol.
Entre subvenciones a gays, lesbianas, y los amigos de la tele.
Hacer oposición a la oposición.
Excluir a media España, dejó pasar cuatro años.
Por la alcantarilla tiró, tiempo, esfuerzo y caudales.
Y también dilapidó, el producto de  nuestra labor.
Pero lo que vino después.
Fue aún algo peor.
Como aquellos tres monos de feria.
Uno con sus orejeras.
El otro con gafas de Sol.
Y el tercero de boca pequeña.
Pero imitar tres monos.
Poco le debió parecer.
Así que también el avestruz emuló.
Con la cabeza bajo tierra.
Caídos los brazos dejó.
Pendiendo al lado del cuerpo.
Otros cuatro años más.
El  de la cejas consumió.
Casi ocho años fueron de pecado y miseria.
Pero son los suficientes.
Ya que  la ley hecha ad hoc.
Por ellos elaborada.
Puesta blanco sobre negro.
Para ganarse el derecho, a buena jubilación.
Solo un pelo les falto.
Incluir también en la ley, el derecho de pernada. 
De puntillas se fue, sin alharacas hacer.
Dejando el país partido.
Como no, hecho una mierda.
El partido, por la mitad.
Y los españoles gritando.
¡Hijo puta vete ya! nos estás arruinando.
Ahora vamos con el otro.
Si ZP de guiñol era.
Rajoy parece de feria…
Algo más moderno es.
Aunque hay que ponerle pilas.
O quién sabe darle cuerda.
Al parecer cuerda le dieron.
Quizás pilas Duracell.
Con las pilas y la cuerda, también vino una tijera.
Las pilas para ponérnoslas.
La cuerda para ahorcar.
Las tijeras que van cortando.
Por lo sano, si es que queda.
Como dice la canción.
Tres muñecos tengo yo.
¿¿¿Cómo tres, si solo he mentado dos???
Se me había olvidado.
Por ser menos principal.
El otro muñeco de trapo.
También con los pies de barro.
A las órdenes del autista.
Maestro de Maquiavelo.
Le han salido las cosas mal.
Pues ya nadie cree en él.
Gesticula más que habla.
Si conviene no se entera.
Está más seco que una pasa.
Manipula “to” la vasca.
Solo hay obsesión y maldad en su sesera.
Son tres patas para un banco.
De madera de la mala.
Y con piel de toro vieja.
Piel que a unos nos agasaja.
Y a otros les da alergia.
Por ser este animal.
Símbolo de nuestra patria.
Símbolo que siglos ha.
Por cierto nos acompaña.
En  toda  España se puede ver.
Por el campo, las dehesas.
También en las carreteras.
Esta reflexión que hago hoy.
Es una pequeña visión.
De lo que pasa en Iberia.

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