Heme
aquí otra vez, después de un periodo falto de herramientas y como no, también
de ganas, y es que, los acontecimientos, lo sucedido en el panorama nacional,
no exento de interés, ha sido algo tan repetitivo que aburre hasta las ostras.
Pero
he que de repente, los hechos, tanto lo nacional, como en lo internacional, me
han hecho volver al teclado, por lo irracional e inesperado, y por la tozudez
de algunos que nos quieren llevar al más negro pasado.
Desde
Rusia con nostalgia… De Lenin y Stalin, nos manda recuerdos el hijo de Putin, hasta
hace dos días líder espiritual de la izquierda occidental, que, con sus últimos
hechos dejó bizco al personal, sin saber pa’ donde mirar, si a derecha, si a izquierda,
o si para el más allá.
El
otrora referente de una izquierda diferente, -como todas las demás-, decidió
motu proprio, que ya estaba bien de actuar, y como no, sin nombrar la bicha,
decidió que quería ser el nuevo Zar, devolver el esplendor a la madre Rusia, seducir
sus vecinos ucranianos a golpe de cañón, y en eso sigue el muy cabrón.
Dice
el hijo de Putin, en plan matón mientras dispara a la población que, él, es un
hombre de paz, que su divina misión es librar a Ucrania de la tiranía, que su
presidente, Zelenski, tan solo obtuvo el 73% del apoyo popular.
Lo
hace con tanto ahínco el hijo de la madre Rusia, que cualquiera que no lo
supiera, pensaría que quiere borrar del mapa a Ucrania y su historia. O dejar
en evidencia, lo evidente, de la chusma incompetente que gobierna la decadente
Europa.
En
un ejercicio de insuperable cinismo, mientras bombardea la población dice el
hijo de la gran puta: He venido a libraros del nazismo, mientras ordena sin
compasión, tirar bombas de racimo.
De
las acciones de ese sujeto divino, nada se puede sacar en positivo, y la solución
que a mí se me ocurre sería que alguien le pegase un tiro.
Aparte de sembrar de muertos la vieja y decrepita
Europa, quizás, y solo quizás, para lo único que ha servido ha sido para
despertar del letargo a viejos dinosaurios repantingados en sus viejos
sillones, al darse cuenta ellos, que sus prebendas corren peligro, si tal y
como hace 75 años triunfa el comunismo…
Para la descomprometida juventud que nos
sucede, todo da lo mismo, la mayoría borregos incapaces de pensar por sí
mismos.
Dudas
existenciales me corroen el alma y me nublan la mente, y en mis delirios me
pregunto: ¿Es que nuestros amados y bien pagados líderes no se han dado cuenta
que tratar con Putin era tratar con un demente?
By
Luis Ángel Jul López