Otros cuatro
años han pasado, después de los últimos cuatro, y ya van ocho, desde que el
inefable negase por activa y por pasiva la existencia de la crisis para seguir
en sillón de la Moncloa, esto quiere decir que nuevamente estamos en tiempo de
elecciones, bueno… más bien en tiempos de investidura.
Desde los
últimos cuatro años, más bien cinco, muchas cosas han cambiado en el panorama
político español, una de las más importantes ha sido el fin del bipartidismo, y
otra no menos importante, ha sido la toma de conciencia por parte de la ciudadanía,
que por fin se ha dado cuenta, de que estando más vigilantes y activos muchas
cosas se pueden cambiar.
Llegado a
este punto tengo que dar vivas a las nuevas tecnologías, vivan las redes
sociales, las hemerotecas, vivan todos aquellos que saben leer las entrelineas
y viva san Google, Facebook, Twitter y Youtube, y digo viva, porque son nuestro disco duro, la memoria colectiva a la
cual todos podemos recurrir en un determinado momento en que nos quieran “tritrolear”
los trileros, y amamandurriados a sueldo.
Nuestros “sic”
representantes se han dado cuenta de la importancia de las redes sociales, y ya
tienen en su staff los perfiles adecuados para intentar el manejo de las masas
peeero…
¡Oh Dios mío, esto es una catástrofe!
¿A quién se la ocurrido inventar algo
donde todos puedan opinar, y compartir? ¿Cómo controlar esto?
De modo que habrán pensado, tenemos que hacer algo…
-Inventemos los Trolls dijo uno,-
¿Qué es eso?
Bueno, eso
viene a ser una copia de nosotros mismos, pero más radical y sin cerebro,
¿Un
zombi entonces?...
No; un zombi viene a ser un hipotecado al que han
desahuciado, no tiene trabajo, pero le queda deuda de por vida y vive debajo del
puente con su mujer e hijos.
¿Entonces no hay peligro?...
No ya te lo he dicho,
los trolls no tienen cerebro.
En estas andan "nuestros representantes" en el intento de manipular a las masas, lo malo es
que todavía hay muchos incautos que pican el anzuelo.
Algunos pensaréis: ¿a qué
viene esta perorata?... Bueno, es tan sólo una pequeña reflexión, y recordaros
que cuando la memoria os falle, y, a alguno le entren dudas, podáis tener presente de que todo
está en la red.
Pero
volviendo al quid de la cuestión, es tiempo de investidura, de impostura y
manipulación.
Es tiempo de teatro, tragedia para unos y comedia para otros, y
este miércoles día dos, tuvimos la primera representación.
Y así fue
cómo yo la vi.
Ayer habló el
candidato Sánchez,
y dijo algo
tan obvio,
que por poco
nos promete
pavimentar
las calles de oro
A los
sufridos ciudadanos
promete
rebajas de impuestos,
ayudas a
parados y
subidas de
salarios.
A los
autónomos pringados,
rebajas en la
cotización,
a las parejas
con hijos
más días de
conciliación.
Con descaro y
cinismo
pensando solo
en sí mismo,
promete el
oro y el moro,
tan sólo una
pequeña condición…
…la de
sentarse en el sillón
Al día
siguiente de la impostura, toca votación,
replica Rajoy,
diecisiete veces me has dicho no,
así que ahora
lo mismo te digo yo, aun así,
te tiendo la
mano y… te doy con el palo.
Sánchez se
sabe perdedor,
sabe que
necesita Rajoy,
es su última
oportunidad, aun así
no tiende la
mano… pero le da con el palo.
Turno del
señor Iglesias,
cual amante
despechado… me has dicho no,
así que ahora,
lo mismo te digo yo, aun así,
te tiendo la
mano y… te doy con el palo.
Si Sánchez
tenía un ojo azulado,
el otro se lo
ponen morado,
el
pensamiento fijo en el sillón, aun así Pablo,
te tiendo la
mano y… te doy con el palo.
Turno del sr.
Rivera,
con su palo
acolchado,
palos para
ambos lados,
a ambos lados
tendidas las manos.
Desgrana sus
propuestas,
que los otros
nada han desgranado,
tan sólo
propuestas vacías,
que ya se
hicieron antaño.
Agradece el
sr, Sánchez,
por este
round descansando,
y se prepara
pa’ por la tarde,
recibir y dar
otros cuantos palos, aún así
tiende la
mano, y da con el palo.
Con la
vergüenza perdida,
se marcha del
hemiciclo,
con la firme
intención,
de que el
viernes será otro día,
algo que
conviene preparar con precaución
Parada en botica
Adelina,
cosa rara, no compra árnica,
tan solo preservativos,
y siete kilos
de vaselina.