A veces creo
que ya nada puede sorprenderme, no obstante y por lo visto, nuestros
representantes todavía guardan muchas sorpresas en el cajón de los martirios.
Acabo de leer
en un medio digital que: a causa de alguna ley estúpida, redactada por algún
descerebrado a espaldas del pueblo y votada en sede parlamentaria por lacayos que
incumplen sus promesas una vez elegidos, una vez más nuestros representantes
tratan de consumar otra felonía.
Falsarios que
se prostituyen una vez logrado el sillón, los mismos que una vez
amancebados se acuestan con batas, Botines, Gonzálezes, Fainéses, e incluso con
algún alienígena si fuese menester.
Judas, traidores
incompetentes, que venden su dignidad al mejor postor por una comisión, o un
sillón en el consejo de administración al lado de su corruptor.
Estos
“hipotecantes” – desconozco si existe ese término– al parecer, (no sé si por
joder un poco más, o porque se le hayan desconectado la media docena de
neuronas abonadas con estiércol que tienen en ese receptáculo que llevan encima
de los hombros, y al cual llaman cabeza) estos hombres y mujeres públic@s, han vuelto
a abrir el cajón de los martirios.
¿Qué hay en
ese cajón?... ¿pues qué va haber señores? Mierda, mierda podrida como sus
cerebros, pero eso sí, esta vez no para todos, esa mierda está reservada tan
solo para aquellos a los que ya se les ha condenado a arrastrarse por el fango,
a los más desfavorecidos, a los que han tenido los cojones y la osadía de
hipotecarse creyendo en el honor y honestidad de gobernantes y banqueros, a todos aquellos que
tenían un trabajo (un pequeño negocio, o no tan pequeño), a aquellos que han
acudido al banco sin saber que estaban tratando con trileros, a todos esos
señores que por la incompetencia, avaricia y mala gestión de los putos y putas
que nos han gobernado y nos gobiernan, a todos los que han perdido su hogar,
sus ahorros de años. Para todos ellos, todavía quedaba un regalito en el cajón
de los martirios.
Los
“afortunados” que en su momento han logrado la dación en pago, –privilegio
concedido a los que ya estaban en el infierno– hacienda como complemento les va
a pasar una factura, de unos diez mil eurillos de media por incremento
patrimonial. ¿¿¿???
Señor
Montoro… perdone que se lo pregunte. ¿Está usted fumado? ¿Incremento de qué?
¿Con ese tipo de decisiones tendrán ustedes los cojones de pedirme el voto otra
vez? Una mierda. Eso es lo que voy a poner en el sobre, lástima que no le toque
abrirlo a ustedes.
Esto por
parte del gobierno central, pero como no hay dos sin tres, y como es sabido por
todos nosotros, en este país todo mundo quiere mamar de la teta sin importar si
se ha secado o no. Los señores “alcaides” también quieren lo suyo, así que al
parecer hay otro regalito: impuestazo por incremento del patrimonio a esos
mismos desgraciados, unos ocho mil más, en total unos dieciocho mil euros del ala. Señores míos, ruego que me perdonen, pero todo eso me
lleva a una reflexión: Si el día en que ustedes vieron la luz, en vez de “humanos”
sus madres hubieran parido una piara de cerdos, y estos vinieran con la peste
porcina, a buen seguro le hubiera ido mejor a este país.
Estamos más
que hartos, porque no van ustedes a robar a sus putísimas…