jueves, 16 de enero de 2014

Oda a la incongruencia.

D. Javier “Lacalle,”
que por así apellidarse,
cree que le pertenece
todo lo que sea vía o camino
por el que se pueda circular. 

Así, perdida la perspectiva,
abusando del mandato,
ignorando  sus vecinos,
escudándose en los votos,
alegando democracia,
con soberbia y prepotencia,
haciendo oídos sordos a quejas,
o ¿quién sabe? quizás
pasando  por el forro
todas las enmiendas,
ningunea a todo un barrio,
que es el del Gamonal.

Decide el señor Lacalle,
hacer valer su voluntad
con la fuerza de las porras
y la guardia nacional.

Declara el hombre, contundente:
“¡La obra se hará!”.

Suprimiendo dos carriles


y las zonas de aparcar,
en vez de calle a secas,
pasará a ser un boulevard.

Estará a vista de todos
como obra de este alcalde
y muestra de autoridad.

Para los amigos,
o quien lo pueda pagar
con el dinero de todos
un parking particular.

Eso será bajo tierra,
puesto que ciertas cosas,
no conviene airear.

Se cabrean los vecinos,
se rebelan  con razón,
jóvenes, mayores, ancianos y niños,
y se arma la de Dios.

El alcalde no claudica,
pues tiene bastón de mando,
los vecinos se lo exigen,
ya que pagan su salario.

Mientras tanto van pasando,
cinco noches de altercados,
y el mamarracho enrocado,
prefiere ver arder el barrio.

Al ver que se ha equivocado,
por fin ya da marcha atrás.
Al primer concejal,
un buen tirón de orejas,
le han dado los mayorales:
“No seas gilipollas hombre,
que tenemos elecciones.
En cinco meses Europa,
y luego municipales”.

Si del que esto escribe
dependiera su destino,
le daría protagonismo
al alcalde en la obra.

A “Lacalle” le mandaría
con casco, pala y pico,
también con un carretillo,
hormigón hasta las cejas
y cobrando seiscientos euros.

By. Luis Ángel Jul López.

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