lunes, 21 de enero de 2013

La estrategia vampiresca


Con paciencia y no poca cautela se fueron posicionando en puestos claves de la administración, finanzas, gobierno, y justicia, por supuesto ya más evolucionados, con mensajes de paz progreso y armonía. Hubo unos cuantos que no habían aprendido la lección, y  seguían con mensajes radicales tanto en un bando como en el otro, la población advirtió el peligro, en la memoria colectiva subyacían los acontecimientos de años atrás, y los radicales no tuvieron muchas oportunidades de volver a cometer sus fechorías. Salvo unos cuantos siervos fieles que habían sobrevivido, la mayoría de la población se hallaba libre de la influencia de seres tan dañinos para la humanidad. ¡No! Ya no dejaremos que vuelvan a convertirnos en zombis pensaron entonces todos. (Yo no, por aquel entonces no creía en eso de los vampiros, ni tampoco pensaba.)
Hay que aclarar que los vampiros siempre han estado ahí, al acecho, es más, no son diferentes a cualquier uno de nosotros,  al contrario de lo que todos pensamos para sobrevivir no necesitan chupar la sangre en el sentido literal de la palabra. No, se les ha adjudicado esta fama como algo figurado, ya que se alimentan en realidad del esfuerzo y del sudor de sus congéneres una vez transformados en zombis.
Para lograr sus objetivos, los vampiros tienden a seguir unas pautas, en primer lugar hay que transformar la población en zombis, y eso es lo que vamos a explicar. El primer paso es dividir la opinión pública, hacer ver que se pelean entre ellos en aras al bien común de los ciudadanos, una vez dividas las opiniones, se crea una especie de pirámide en la cual ellos se encuentran en la cúspide, se nombran cargos de mayor a menor hacia abajo como la raíz de un baobab, se nombran candidatos que son ellos mismos, o en su caso Renfield’s, que no son más que vampiros menores carentes de criterio y personalidad, (presidentes como el caso del vampiro cejudo, fiscales, jueces, jefes de policía, y demás amamandurriados.) Sus virtudes consisten en obediencia a los dictámenes de sus superiores y disfrazar la realidad. Estos a su vez van nombrando subalternos que pueden ser siervos sin voluntad, o sea zombis, por supuesto se crea una estructura paralela para amamantar a los zombis más fieles, de esa manera se refuerza la base de la pirámide. Una vez completado el organigrama el siguiente paso es hacer con que los ciudadanos se sientan diferentes e discriminados. Lo que se dice laminar la sociedad, enfrentando unos con otros, la vieja estrategia del divide y vencerás, crear derechos donde no los hay,  repartir la riqueza de los demás, fomentar la incultura y la ley del menor esfuerzo, hacer ver que todos son iguales y tienen derecho a la misma porción del pastel independientemente del esfuerzo empleado. Una vez logrados esos objetivos, la sociedad ya está a medio camino de la abducción total, y ya más de la mitad son zombis radicales.
Continuara...

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