Había vuelto a suceder, McCormick descolgó el teléfono y
llamó a su socio, Mr. Ziembiski.
-Ha vuelto a pasar.- Le dijo sin más preámbulos.
Este se encontraba en la sala de neurocirugía supervisando
la aplicación de un nuevo inmunodepresor creado para evitar el rechazo entre
clones y exoesqueletos.
Silencio…
-Esta todo correcto… No sé, quizás se haya producido oxido
en alguna neurona…-
-No me lo expliques, lo mío son los exoesqueletos, las
conexiones neuronales y terminaciones nerviosas son tu problema, tú has sido quien ha dicho que era posible ensamblar
clones y exoesqueletos, tú has sido quién le vendió a La Corporación la idea del
obrero perfecto…-
La Corporación había sido creada en el siglo anterior, hacia
el 2030, después de la revuelta Universal, así llamada por surgir de mano de
los universitarios. La sociedad productiva, harta de tanta explotación se había
revelado en contra de un sistema parasitado por políticos y especuladores.
Las clases medias dieron su apoyo inmediatamente, hartos
de gastar sus ahorros en carreras y preparar a sus hijos, para que estos a final se convirtieran en eternos becarios, Los obreros y campesinos no dudaron y fueron los
siguientes en levantarse en huelga.
Malos tiempos para las élites. Los nuevos gobernantes
intentaron maquillar la situación recuperando algunos derechos, la calma volvió,
pero solo el tiempo necesario para que los todo poderosos volviesen a las andadas.
Los grandes holdings, que controlaban el 94% de los recursos del planeta decidieron asociarse, e, "independizarse"
del resto del mundo, no estaban dispuestos a permitir otro desafío como ese
jamás. Una de sus primeras acciones fue reclutar a científicos brillantes, con la condición de que careciesen de los más elementales escrúpulos.
McCormick y Ziembiski eran dos de esos renegados de la
humanidad, dispuestos a todo por dinero y poder, fueron admitidos inmediatamente siendo asignados al proyecto más importante de La corporación. El Proyecto Génesis…
Unos gritos espeluznantes anunciaron el fracaso,
toda una serie de Humabots, se había suicidado, si es que esa era la palabra idónea
para definir lo sucedido.
Sin razón aparente, aún careciendo de conexiones nerviosas
para transmitir el dolor, una serie de clones, clasificados, entrenados ya ensamblados en sus respectivos exoesqueletos se había autodestruido... no era
la primera vez.
Ziembiski no sabía a que achacarlo. A parte de su equipo, -todos
dependientes de La Corporación,- nadie externo le podía ayudar. Cualquier
filtración a respecto del proyecto Génesis significaría el fin de La
Corporación, de sus componentes, y
por supuesto, también la suya…
Llovía copiosamente, MZ-22050 se asomó desde el denso
follaje, seguramente no habría vigilancia aérea debido al mal tiempo, miró su
cuerpo de metal y se le antojó tener unos pies demasiado pequeños para aquél terreno tan
enfangado.
Volvió mirar el cielo, instintivamente trató de eliminar
el brillo del titanio pulido de su exoesqueleto.
Odiado por los humanos, por arrebatarles sus trabajos, y también por sus creadores, por haberse revelado, volvió a mirar su
cuerpo, él no entendía tanto odio, era consciente de ser un engendro, pero no
era culpa suya, él tan solo era el producto de la falta de escrúpulos, de la ambición desmedida, la
desidia y corrupción de los dirigentes de aquella época.
MZ-22050 era un Humabot del tipo militar, -los había de
todos los tipos,- creado para la lucha, capaz de generar su propio wifi, indispensable para comunicarse y liderar otros Humabots. El haberse revelado le hacía muy peligroso, y por tanto objeto de busca y captura por parte
de La Corporación.
Al parecer un "error" en el chip de control había sido el culpable, al
recordarlo tocó con la parte humana de los dedos la pequeña protuberancia en la
clavícula izquierda, allí residía su conciencia, y su maldición, en el
chip que le había despertado, también habían instalado un software que le
impedía suicidarse…
Ziembiski era genetista, el número uno de su promoción, él
mismo se encargaba de supervisar la manipulación genética de los embriones seleccionados para luego reimplantarlos en mujeres sin recursos que a menudo acudían a él
para abortar. En algunos casos se había atrevido a manipular el
feto en el vientre de su madre, MZ-22050 era uno de esos casos, y realmente no debería
ser considerado como un verdadero clon.
En un quirófano especial preparaba a
su equipo, enseñaba como cortar el ADN, eliminar
conexiones nerviosas, y, hacer de supuestos humanos, seres sin voluntad, sin
sentimientos, ni dolor. Incluso se atrevió, a, anular
la voluntad de las madres, para reutilizarlas como recipientes donde implantar
nuevos embriones.
McCormick era ingeniero cibernético, él era el encargado de
interpretar los planos de Ziembiski, diseñar y fabricar los exoesqueletos según
sus especificaciones.
Habían sido años de pruebas y miles de millones en recursos
tirados a la basura. Ochenta años después de la revolución universal, todo el esfuerzo había sido en vano, Génesis
ya no era un secreto, las revueltas habían
vuelto a la calle, y para colmo tenían huido a un Humabot con capacidad de
liderazgo y potencia para destruir una pequeña ciudad él solo. ¿Había sido un fallo? ¿O sabotaje? Quizás
nunca se llegase a saber.
La situación era desesperada en La Corporación, sus dirigentes
se reunieron de urgencia en un intento de acelerar el proyecto Prometheus.
Prometheus era otro
de los proyectos estrella de la corporación, y consistía en habilitar una vieja
estación espacial como último refugio, pero necesitaban a los Humabots para
transformarla en un bunker y hacerla operativa, fuera del alcance de sus enemigos. Más que
nunca necesitaban los servicios de McCormick y su socio Ziembiski,
aunque a priori no podrían contar con ellos.
McCormick estaba en paradero desconocido, cuanto a Mr.
Ziembiski había sido ensartado como un pollo por una de sus propias criaturas.
En las selvas de
Borneo, llenos de dolor, odio y deseos de venganza, un pequeño, pero
letal ejercito de Humabots se estaba organizando bajo el mando de MZ-22050…
En La Corporación por primera vez desesperados se preguntaban si serían capaces de sobrevivir...
By. Luis Ángel Jul López