lunes, 12 de junio de 2017

Dualidad.


Vivimos los ciudadanos de este país en un sin vivir, tan solo obligaciones, deberes e impuestos. Residentes en la España de los diecisiete reinos de taifas si de pagar impuestos se trata. o para sufrir callados las estafas de la banca... Los desmanes de eléctricas, telecos, y si se tercia, hasta de los que suministran el agua.

Contribuyentes, patriotas..., aunque a rastras, cubiertos con la rojigualda, y moratones en la espalda, consecuencia de tanto currar, y de los estacazos propinados con el mástil virtual de la enseña nacional... Que nada tiene que ver nuestra mancillada bandera que unos denostan,  y en la que se ampara la piara nacional que nos gobierna.

Diecisiete reinos más uno, con sus ayuntamientos, pedanías, y sus preceptivas cortes a las que mantener, y como no, también soportar las ocurrencias, dislates, desmanes y desvaríos del caudillo de turno, solo obligaciones, tasas e impuestos, que si el dinero no llega para la ocurrencia caciquil y de su banda, al vecino se acude con un nuevo impuesto o derrama, que pa' eso se ha empadronado, pa' contribuir con el erario "público." 

Se inventan leyes, normas que a todas luces, hasta el que asó la manteca se da cuenta de que son un robo y una estafa, da igual si ganas o pierdes, o si te mueres, no hay escapatoria, siempre pagas la tasa impuesta.

No hay olvido ni perdón, si se trata de meternos la mano en el zurrón, da igual que uno se declare de derechas o izquierdas, si es justo o no, te roban con la ley hecha ad hoc, y si no quieres; embargo de cuenta, primero has de pagar, y luego, "jijijiji", reclamas si puedes.

Si acaso el ciudadano se decide a reclamar sus derechos, al momento cambian las tornas, por arte de magia de birli birloque, si te he visto no me acuerdo, y no vuelva usted mañana... ni pasado con sus quejas. Ningunean a los vecinos, les relegan al olvido cual  moradores de Ostracia, país imaginario que me acabo de inventar.

Emulando a los antiguos griegos, pero sin la fuerza popular, condenando al ciudadano al ostracismo por los derechos reclamar, tan solo pulsando un botón, y si te pones "pesao"  la poli municipal, la consigna general es marear, que no logre el incauto salir del laberinto.
Vivimos en un sin vivir, vivimos una dualidad, sin saber muy bien quienes somos, si somos de aquí o de acullá, tan solo dos certezas, cuando de pagar se trata seguro que somos de aquí, si buscamos nuestros derechos... Ay amigo, si buscamos nuestros derechos somos del más allá

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Distopía

Como podéis ver, sigo vivo, y os juro que llevo tiempo intentando escribir un artículo sobre lo que en esta vieja piel de toro está ocurrien...