martes, 19 de febrero de 2013

Vampiros vs. Vampiros


Ya estamos otra vez en Bananalandia, tierra de chupópteros y mangurrinos, al parecer los vampiros que nos han gobernado no hace mucho temían perder el  poder, para no quedarse sin la vía central por la cual chupaban el sudor y sangre de los pobres zombis, (léase nosotros) decidieron encargar a sus lacayos de turno la vigilancia de cualquier posible adversario desde las más altas estancias.
Para tales menesteres decidieron utilizar al comodín de turno, sin tener en cuenta que este a su vez sabedor de la avaricia de tales vampiros, decidió jugar con tantas barajas cuantos clanes de vampiros acudían a su garito, de esta manera cual pescadilla que se muerde la cola, el mangurrino en cuestión decidió repartir las cartas a su conveniencia, convirtiendo de esa manera al espía en espiado.
Mientras tanto los hijos de los padres de la patria catalana, y también los padres como no, se dedicaban a predicar austeridad y recortar mientras ellos llenaban bien sus alforjas con ese dinero que no es de “naide,”  y que para más seguridad se lo llevaban a Suiza, aunque ellos estuviesen violando las leyes que obligatoriamente hacían cumplir a los pobres Zombis.
Así pasaron más de treinta años,  las arcas se fueron llenando de facturas sin pagar a la misma velocidad que desaparecían los caudales de las mismas, hasta que el esfuerzo de los Zombis no fue suficiente para mantener el insaciable apetito de los vampiros mediterráneos.
En espera de nuevas leyes de amnistía estuvieron, hasta que el nuevo líder junto con los suyos, se encontró con el liso y frío acero de la caja, con la esperanza de ver algo verde en la hucha que no fuese moho, decide promulgar dicha amnistía, eso sí solo para los mangurrinos recalcitrantes, y su prole.
Asoman de esa manera cantidades ingentes de caudales malversados por nuestros parlanchines, que no parlamentarios, que han convertido con sus haceres a este país en la meca del (triler) y no me refiero a un género de película, sino al mal llamado oficio de trilero, aun así tienen el morro de pedir respeto y presunción de inocencia.
Escarnio y bochorno una vez más de nuestros póliti… digo vampiros hacía sus administrados y proveedores de su sustento. Los  larapios, amigos de lo ajeno, aunque para ellos lo público no es de “naide,” no se les cae la cara de vergüenza cada vez que se les descubre una mamandurria.
Chapuceros que se creen que sus fechorías deben de quedar en la impunidad, desde mi atalaya abogo para que los ciudad… Upsss. Zombis, que estén próximos a esos vampiros se armen de una buena vara de membrillo, (también hay unas de fibra irrompibles) y que cada vez que se crucen con un espécimen tal, le sacudan un buen varillazo detrás de las orejas, esto provocará en los Zombis una sensación de bien estar, al tiempo que lo va liberando de la esclavitud de dichos seres, y a ellos con seguridad les ayudará  a bajar la grasa.

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