viernes, 3 de noviembre de 2017

Tocata y fuga a la catalana.

Desde allen mares,
la ansiedad de una mirada.
intentando ver el bosque,
alejado de los árboles…

El desbroce, la poda necesaria
fuera ramas muertas
limpieza a fondo de malas hierbas,
y eliminar la procesionaria...

Aún alejado, en la distancia, por medio el gran océano, llega a mí el tam tam de tambores de guerra, -toco madera.- Madera de un bosque a punto de arder, por la cabezonería, la tozudez de unos cuantos alcornoques, que inmunes a la plaga, ven con no poca satisfacción, como la procesionaria va haciendo estragos en la población de  pinsapos dispuestos a contaminar el resto de la pinada. 

Satisfacción, tocata y fuga a la catalana, yerguen raíces, cual Abad o Abadesa de un cuento de los hermanos Grimm yerguen sayos al oír el toque a la hora de la cena y ponen pies en polvorosa.

Puigdemont, Junqueras, consellers, a la fuga, golpeando nalgas con talones en el silencio de la noche, alpargatas de gamuza de un color por definir, mientras detrás de sí, seca la flor del independentismo catalán.

Arden más de dos millones de ilusiones de ilusos idiotizados. Los idiotizadores a Bruselas, a persistir en la distancia, a renovar consignas, a quemar cuatro pelos, sin que el fuego toque la piel, que p‘a eso s’an quedao atrás más de dos millones de pringaos, educados en la disciplina de razonar con las tripas…

Mientras tanto, movimientos de tierra, a D. Tancredo se le cae la ceniza del puro a la alfombra y se molesta por el meneo.  

En la calle del progreso, se pone en marcha la legión que de un tiempo hacía acá le dio por cambiar el nombre y significado de las cosas, poner etiquetas y permitir desmanes a los idiotizadores de turno… al buenismo me refiero.

Se rasgan las vestiduras al ver que por una vez la justicia actúa, aunque esta haya venido andando a pie, descalza y entre guijarros, un soplo de aire, un rayo de luz, esperanza de ver justicia al menos una vez para el resto de la ciudadanía.

Los descontentos, acostumbrados a hacer equilibrios por el filo de la espada de Themis o Fas, amenazan con las siete plagas, abogan por dialogar con quién no ha querido oír palabra, que la ley no va con ellos, que es algo que se inventó tan solo p’al que ha robado una cabra.

Parece cundir el pánico, miedo al despertar de la sociedad, no vaya ser que a alguien se le ocurra coger una vara y se ponga a enderezar entuertos siguiendo el ejemplo de la jueza Carmen Lamela.

Se convocan plenos; en el mundo para lelos, tiemblan alcaldes, concejales, y consortes, sudan en frío, hermanos, primos y “cuñaos,” los amigos de amigos, los contratistas que ya han “pagao”.

Los “legítimos” representantes de la nonata república ha días se han fugao, tan solo unos cuantos retornados confiando en la marabunta, en la fuerza de la multitud, que colgada de las ramas del guindo insiste en pedir peras al olmo…


Craso error, no ha funcionado la coacción, y la señora jueza los manda a prisión, desde Bruselas el molt “honorable”  Puigdemont, tanto a valones como a flamencos, apesta a sardinas de siete días.

¡Qué horror!

By: Luis Ángel Jul López

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Hay alguien ahí?

  A pesar del estruendo, del ruido de escombros cayendo, de lo absurdo de la demolición, del volado, y la violación de las normas, a pes...